miércoles, 16 de marzo de 2011

David y Goliat

Se presenta el gigante filisteo
en jarras, con su enorme corpulencia,
y advirtiendo la mínima presencia
de David, reacciona en pitorreo:
¿ Acaso no hay en todo el pueblo hebreo
un tío de más talla y más presencia?
¿ Quién tuvo la magnífica ocurrencia
de hacerme pelear con un pigmeo?
David, sin rechistar, la onda dispara
y suelta una pedrada tan certera
que le da al jaquetón justo en la cara,
tirándole tan largo como era:
desde entonces la cosa está bien clara:
La medida del hombre es su sesera

Moises en el monte Nebo

" !! Canaán ¡¡ ", exclamó desde la cima
del Nebo Moisés, una mañana
con la emoción que, al ver la tierra opima,
!! Tierra, Tierra !!, gritó un hijo de Triana.
Ríos de leche y miel en la calima
dibujaba la valle canaana; 
si éste lloró de gozo, aquel de grima
vio humedecerse su mirada anciana.
! Penar toda una vida en el desierto
para, al fin, ver cerrarse el cielo abierto¡ 
! Morir de sed junto a la plena alberca;
su sueño roto, su esperanza trunca,
Tántalo hebreo del Edén tan cerca,
sabiendo no podrá alcanzarlo nunca.

Moises salvado de las aguas

Una muchachita hebrea
dejó en las aguas del Nilo
una cestilla de anea
con un bebé que berrea
a merced del cocodrilo.
Flotaba la canastilla
entre los juncos del río,
mientras oculta en la orilla
la miraba la chiquilla.
 " !Pobrecito hermano mío¡"
En esto, con discreción,
como era costumbre antaño
y sin llamar la atención,
bajó al río a darse un baño
la hija del Faraón,
sin llevar más atavío
que una gasa transparente...
y en el espejo del río
se reflejaba el trapío
de su cuerpo adolescente.
Vino con siete criadas
 al sitio donde solía,
que en fechas tan alejadas
las piscinas todavía
 no habían sido inventadas.
Una fámula encontró
la canastilla flotante,
corrió la voz al instante
y el hallazgo del infante
gran revuelo suscitó.
" !Qué delicia, qué ricura¡"
exclamaron admiradas
con infinita ternura
la Princesa y las criadas,
mirando la criatura;
e imponiéndose al bureo
dijo la Princesa real:
"Este niño es un hebreo",
y sintió que un gran deseo
le brotaba maternal.
"Moisés se ha de llamar,
pues fue salvado del río,
y nodriza le he de dar
que lo tendrá que criar
como si fuera hijo mío".
Salió entonces la arrapieza,
que vio todo agachadiza
y oculta tras la maleza
y le dijo muy seria: "Alteza,
se de una hebrea nodriza".
"Ve por ella, corazón"
le dijo la Princesita;
" que venga sin dilación,
dile que la necesita
la hija del faraón".
" Anda y dile a esa niñera
que en mi palacio la espero:
Será mi primera dama,
 tendrá todo cuanto quiera
por criar a este lucero".
Corrió la niña a contar
a su madre la aventura,
deliciosa y singular,
de la tierna criatura
que le mandó abandonar.
La madre, mezclando igual
remordimiento y cariño,
subió al palacio real
para amamantar al niño
rescatado del juncal.
Sano y fuerte lo crió,
pues era hembra rolliza
y nunca se averiguó
que era la misma nodriza
la madre que lo parió.
Posdata:
Visto el sesgo posterior
de aquella historia del Nilo,
¿ no hubiera sido mejor
que a aquel niño llorador
lo comiera un cocodrilo?


Y Lázaro se levantó y....calló

El Lázaro que Cristo resucita,
¿ por qué del Más Allá nada le cuenta
a nuestra Humanidad siempre sedienta
de despejar la equis infinita?
¿Qué vio? ¿Donde se vio? Salió a su cita
la luz que a las estrellas alimenta?
¿Tras el vivir otro vivir alienta
o aquí todo concluye y finiquita?
La increencia al callar fuerza recobra,
se intrinca mucho más la abracadabra:
¿No hay premio, no hay castigo a nuestra obra?
¿Es mentira ese Dios que el hombre labra?
!Lázaro ten piedad de esta zozobra
y dinos aunque sea una palabra¡.

Los tres reyes

Melchor, sabio astrólogo, viendo un nuevo astro
que rumbo a occidente parecía ir
gritó decidido: !Voto a Zoroastro¡
esa luz del cielo tengo que seguir.
Gaspar que en su trono de fino alabastro
probaba ingredientes de un nuevo elixir,
vio la misma estrella con el mismo rastro
y en pos de su estela decidió partir.
Baltasar, monarca de un reino cetrino,
desde su palacio vio el astro también
y sin titubeos se puso en camino
con muchos criados y un nutrido harén:
Tres almas distintas y un mismo destino:
Un Dios misterioso que nace en Belén

El centurión

De ensalmos y de ungüentos nada espera
ya el noble centurión en suelo hebreo, 
viendo a su hijo en terminal jadeo,
y en sus dioses perdió la fe primera.
Pero un tris de esperanza recupera
oyendo hablar y hablar de un Galileo,
que con sólo su mano y su deseo
cura, fiebres, mudez, lepra, ceguera..
Manda recado, pues, con un criado
y Jesús a la casa raudo llega,
pero el modesto centurión, postrado,
que no penetre en su interior le ruega:
"No soy digno, Señor, pues he pecado,
de que entres en mi casa palaciega:
Di una sóla palabra, di "sanado",
y él sanará pues Dios nada te niega"...
Dijo Jesús: "Tu hijo está curado:
! en parte alguna vi una fe tan ciega¡ 

la pecadora

A  los pies del maestro una ramera
derramaba perfume del más caro
y algunos murmuraban ! Qué descaro¡
¿Qué pretende la furcia callejera?
Si es ésta una fulana, una cualquiera,
¿Cómo osa, cómo no tiene reparo
en tocar a Jesús, que sabe claro
su oficio pecador, su vida entera?
!"Callad, dejadla hacer"¡ -dijo el Ungido-
será una mujerzuela de la calle,
pero tuvo conmigo este detalle 
que nadie de vosotros ha tenido;
si mucho se enlodó y mucho ha pecado
más se le perdonó, pues mucho ha amado.

El hijo pródigo

"Qué amargas saben las bellotas, cuando
se ha vivido en el lujo y la abundancia"
!Qué duro el catre de la pobre estancia
si siempre se durmió en lecho blando¡,
pensaba un hijo pródigo y pensando 
regresaba a la casa de su infancia:
pediría perdón por su arrogancia
al padre que gozaba perdonando.
Llegado a su poblado, una mañana,
oyó doblar a muerto la campana;
¿por quién a muerto la campana suena?
preguntó, y una vieja respondía :
"Dobla por uno que murió de pena
de un hijo que se fue y nunca volvía" 

Marta, María y Lázaro

Todo el mundo en Betania conocía
qué fue de aquellos que Jesús honrara:
Marta, la mercurial, la que no para,
con un rico epulón se casaría;
de la dulce, la mística María,
que en lechos de lujuria retozara
y los pies del maestro embalsamara,
se sabe que montó una mancebía;
y Lázaro, una vez resucitado,
siguió al Rabí con acendrado celo
 hasta mirarlo en una Cruz clavado,
desde entonces, jamás halló consuelo:
vagó, vagó, vagó desesperado,
y lo hallaron colgando de un ciruelo.

La simonía

Allá por tierras de Siquem vivía
Simón el Mago, rey del sortilegio,
chamán tan docto que era privilegio
dudar tan sólo de lo que decía.
A Felipe pidió el bautismo un día,
pues quería tener el privilegio
de engrosar el escuálido colegio
que la doctrina de Jesús seguía;
mas no era su propósito tan santo,
que un fin inconfesable perseguía,
pues viendo que San Pedro disponía
del don de concitar el Espíritu Santo,
se lo quiso comprar por tanto o cuanto,
e inventó "avant la lettre", la simonía.

Moet Chandón

Se acabó mi Obra: ! Perfecto¡ !Ya está¡
Ahora sólo falta la inauguración;
!Traedme el champáña¡-gritó Jehová-
"el más apropiado para la inauguración".
¿Qué marca prefiere su divinidad?
-" Pregunta supérflua ¡  ! Un Moet Chandón "-

Esaú, Jacob y las lentejas

Al volver Esaú del campo, hambriento,
vio en la puerta a Jacob, su único hermano,
dispuesto a devorar, cuchara en mano,
un plato de lentejas suculento.
-"Dámelas, Jacobín".- No, no; lo siento,
respondió el benjamín al veterano,
" si tienes más gazuza que un alano,
toma un trozo de pan, que es más sustento"
- !Qué pan ! Quiero lentejas¡ !Qué ricura¡
Cualquier cosa te doy por ese plato.
Jacobín que era un pozo de listura
le dijo tras pensar por algún rato:
"Te lo doy por tu primogenitura";
y Esaú asintió : "Vale, hecho el trato"
Así se demostró por vez primera
que el hambre es muy mala consejera.

Insecto

Viendo Luzbel cómo el señor hacía
incontables especies animales,
de los diminutos a los colosales,
lo mismo en tierra que en la mar bravía
de envidia y reconcomio se moría
ante tanto poder y hechuras tales
y acorde con sus planes infernales
hacer un animal Luzbel también quería.
Acabada la Obra Creadora,
dirigiose al Creador el Insurrecto
y le dijo con lengua aduladora:
!! Impecable¡¡ !!Magnífico¡¡ !!Perfecto¡¡
Deja que haga yo un animal ahora.
!! Hazlo¡¡  Y fue el Diablo y fabricó el insecto.

martes, 15 de marzo de 2011

El dueño de la viña y los vendimiadores

"In illo témpore" había
en Cesarea un Señor 
que cuidaba con primor
una viña que tenía,
y la viña le rendía
un vinillo superior
del color de la sangría.
Requiriendo personal,
fue un día a primera hora
a la Plaza principal,
donde, entonces como ahora,
iba en busca de jornal
la gente trabajadora
que estaba en paro total.
Vio allá a unos madrugadores
esperando la ocasión
de hallar sueldo a sus sudores
y les dijo el señorón:
" Id, marchad, trabajadores
a mi viña; allá señores
hallaréis ocupación".
¿Cuanto pagas de jornal?
preguntó uno con fachada
de actividad sindical;
" Un denario por jornada"
¿Un denario? No está mal.
Y aceptando la soldada
fueron todos al parral
Volvió el rico Galileo
 a la hora tercia, sexta y nona
a la " oficina de empleo ";
 la única en toda la zona,
y, a muchos sin regateo,
a un denario por persona
les contrató el laboreo.
 Cuando el sol ya se ponía
regresó por vez postrera
y a los últimos que había
les dijo con voz severa:
¿Qué hacéis aquí todavía
zanganeando a la espera?
Corred a la viña mía.
Y fueron a la carrera.
Al final de la jornada,
se presentó el propietario
en su viña idolatrada
 y le dijo al secretario:
"Paga a todos la soldada,
 a cada uno un denario,
la cuantía estipulada".
Cumpliendo el "secre"el mandato,
le dio a cada jornalero
su denario de contrato
desde el último al primero,
lo mismo al que curró un rato
 que al que bregó el día entero,
sin diferencia de trato.
Entonces, los que sudaron
del alba al anochecer
y el calor apechugaron,
los que hicieron más quehacer,
cuando lo mismo cobraron
que el resto: "!!No puede ser!!"
al dueño le protestaron,
!!no es justo tu proceder!!
A esto arguyó el propietario:
¿No fue eso lo convenido?
¿ No os disteis por un denario?
Yo mi promesa he cumplido;
ahí tenéis vuestro salario.
¿ Qué agravio os habré inferido
cumpliendo lo prometido?
¿Acaso no puedo hacer
con lo mío lo que quiero?
Si quiero dar al postrer
igual que doy al primero
¿quién me puede reprender?
Si soy bueno y no fullero
¿la envidia os ha de roer?
Sin dar a su voz oídos,
los primeros, agraviados,
se marcharon, resentidos
y los últimos, primados,
se mostraban encantados
de los sueldos percibidos.
Entonces, el propietario
un si es no es arbitrario
que equiparó a los primeros
con segundos y postreros
le dijo a su secretario:
!!Buenos andan los obreros¡¡
!Qué duro es ser empresario¡

Ofrendas en el templo

Una viuda pobre, de pobre estameña
que oraba en el Templo, echó en el cepillo
todo lo que había en su parco bolsillo:
dos "blancas" monedas de cobre, pequeñas.
Tras ella, unos ricos, gente de palacio,
rancios propietarios de pingües haciendas
depositarían valiosas ofrendas
con mohín altivo, en el gazofilacio.
Jesús, que de todos es juez y testigo
les dijo a los suyos: "En verdad os digo
que la viuda pobre hizo mejor obra
y a Dios le produjo más gozo y contento,
pues los ricos echan de lo que les sobra
y ella lo que ahorra para su sustento". 

Venganza de San José ( Parodia )

Un disparo atruena el Cielo,
rompiendo la paz y el canto;
y muerto, cazado al vuelo,
cae el Espíritu Santo.
Indescriptible es el duelo,
la indignación y el espanto;
imponiéndose al revuelo,
 vocifera el Sacrosanto:
¿Quién ha sido el forajido,
el hijo de satanás?
San José, padre fallido
y putativo además,
responde: "Señor yo he sido:
No pude aguantarme más". 

La luz bajo el celemín

Yo soy el que enterrara su talento
por miedo de que alguien lo robara,
yo soy el que su campo no sembrara
y, si  una vez sembró, sembró en cemento;
yo soy el que castró su entendimiento
y enseñar rehusó a la plebe ignara;
soy aquel que ocultó la lumbre clara
debajo del celemín, como el del cuento.
Cometí la peor de las afrentas:
privar a los hermanos de mis dones;
si hay un Juez celestial que pide cuentas
y paga a cada cual por sus acciones,
yo temo merecer penas cruentas,
por mis muchas y torpes decisiones

La mujer de Putifar

La mujer de Putifar,
según el bíblico rollo,
a José que era un pimpollo
se lo quería ligar;
 le acosaba sin cesar
sin el mínimo decoro
pero él, que estaba hecho un toro,
la huía con prontitud:
¿ Virtud? Nada de virtud; 
es que la tía era un loro

Amán y Mardoqueo

Otra vez el viejo duelo maniqueo:
Bien y Mal de nuevo frente a frente están
gentil es el uno y el otro es hebreo,
Amán, Mardoqueo; Mardoqueo, Amán.
la historia parece pueril, de tebeo 
pero hondas y serias sus raíces van;
el Bueno y el Malo, el Guapo y el Feo:
es la vieja lucha de Ormuz y Arrimán.
Mil veces la misma versión se ha contado;
Mardoqueo el bueno vence al malo Amán,
pero los papeles del combate airado
en el siglo veinte se trastrocarán:
Mardoqueo, preso, muere gaseado
por Amán que es ario y habla el alemán 

La hemorroísa

No nos dice su nombre la Escritura;
tal vez era gentil y no judía
la mujer que al Maestro perseguía
por tan sólo tocad la vestidura;
con una fe tan ciega, tan madura
con una fe tan sabia que sabía
que su mal de hemorragia sanaría
con tan sólo tocar su vestidura.
Tocóla al fin y se volvió a mirarla
Jesús, sintiendo un tacto de otra guisa
entre la muchedumbre que le estruja...
!Quién pudiera tocar, sólo tocarla,
con la fe que tocó la hemorroísa,
la orla del Señor, la orla bruja¡.  

Sueño faraónico

Putifar, un sueño he tenido harto extraño,
dijo al levantarse, perplejo, el Faraón:
"Siete vacas gordas, pastando en rebaño,
luego, siete flacas, en la inanición.
¿ No habrá en todo Egipto mago o ermitaño
que a mi pesadilla dé interpretación? 
A aquél que lo haga le prometo hogaño
que lo haré segundo de mi gran nación".
Putifar , atento siempre a su deseo,
"Majestad", le dijo, de un brujo yo sé,
pero está en la cárcel y encima es hebreo
y no adora a Osiris, que es fiel a Yahvé.  
"¿Qué importa si es preso, judío o ateo?"
!Traedme a ese hombre! :        Vino, pues, José.

Y oído  que hubo los sueños extraños
habló así el hebreo con gran sencillez:
¿ Siete vacas gordas? Siete pingües años;
¿Siete vacas flacas? siete de escasez.
Colmad los graneros, cebad los rebaños,
no se desperdicie ni un grano de mies,
y haréis llevaderos las hambres y daños,
al llegar la era de gran estrechez.
El sátrapa egipcio, que oía embobado,
del israelita la interpretación,
cumpliendo su voto dijo entusiasmado:
!Desde hoy mi palacio será tu prisión;
te haré el favorito, serás mi privado,
segundo en la corte del Gran Faraón¡.

No debiste, Señor

No debiste venir a este avispero,
ni hacer tanto milagro y maravilla;
no debiste, Señor, dar la mejilla
al labio del amigo traicionero;
no debiste vivir de pordiosero,
tratando de salvar a esta gavilla;
no debiste ensalzar al que se humilla,
no debiste morir en un madero.
Sembraste tu semilla en un secano
tu voz en el desierto levantaste,
sufriste en balde y te inmolaste en vano:
tu obra redentora se ha ido al traste:
Creo, Señor,que se te fue la mano; 
reconócelo al fin: Te equivocaste. 

Salomé

Envuelta en cendales de tul transparente,
danzaba ante Herodes, salaz Salomé,
cimbreando su cuerpo como una serpiente,
mejor no lo hiciera la diosa Astarté.
El rey, tras el baile, le dijo imprudente:
"Pide lo que quieras y te lo daré";
la hermosa muchacha, un punto inocente,
confusa y perpleja, no sabía qué.
Entonces su madre, sacando partido
del ansia rijosa del viejo sultán,
tomándola aparte, le dijo al oído
palabras que dieran empacho a Satán:
Y habló la doncella con son decidido:
"Quiero la cabeza del Bautista Juan".

Onán

De todos los "malos" que la Biblia cita,
de todos los nobles hijos de Satán
el que más me atrae, me encanta y excita,
es el bravo, el díscolo, el mítico Onán.
"¿Por qué he de casarme con esa viudita,
si a mí no me gusta, si tengo otro plan?
Búscale otros novios, es joven, bonita;
diez mil la desean por todo Canaán.
Yahvé insiste, insiste; y él, terco cual mula,
se opone al deseo del Gran Dictador;
Onán es sincero y no disimula,
¿ por qué ha de tomarla si no siente amor?
Para demostrarlo su pene eyacula,
e irá a los Infiernos, por masturbador

Sansón versus Dalila

¿Dónde nace tu fuerza?, ella insistía,
y él callaba, abrazado a la sirena;
"dímelo, cariñito, seré buena;
prometo no contarlo ni a mi tía".
Embriagado de sexo, cierto día,
y harto ya de la misma cantinela
Sansón al fin cantó: "Es mi melena":
rasurado , un merengue yo sería.
Al oírle Dalila su plan hizo:
le echó en el güiski un narco bebedizo
y luego le peló como a un recluta;
 y así empezó el tormento inenarrable
del que tuvo el desliz imperdonable
de contar sus secretos a una puta.

El buen Samaritano

Con la alegría del deber cumplido
siguió su ruta el buen Samaritano,
la noche se cernía sobre el llano
cuando, de pronto, le atacó un bandido.
 Roto, desvalijado,malherido ,
tirado en un zarzal como un gusano,
gritaba al que pasaba:"!Ayuda, hermano,
como yo le ayudé a un desconocido"¡
Pasó un judío y ni miró siquiera;
más tarde un musulmán, luego un cristiano;
ninguno se paró en la carretera,
nadie al caído le tendió la mano:
Juró el hombre después de lo que viera
"!Nunca más ser un buen samaritano"¡

Job

! Santón del muladar, héroe del cieno,
paria de la paciencia diamantina,
risueño en el cenit como en la ruina,
y en el rudo avatar calmo y sereno¡
Un cántico es su voz, mejor que un treno
que eleva, que edifica, que fascina:
un cántico de pájaro que trina
pletórico de fe, de altura pleno.
Un cántico que no añora el período
de bonanza y poder, lujo y renombre
un cántico en el mísero acomodo,
que da la talla exacta de un gran hombre:
"Dios me lo dio, Dios me ha quitado todo";
!bendito sea su sagrado nombre¡

San Agustín y el niño

Tratando de entender al Dios del Cielo,
por la playa Agustín pasea y pena,
cuando ve un niño rubio que en la arena
con agua de la mar llena un pozuelo.
"¿Qué haces?, dícele el santo al chicuelo,
que va y viene enfrascado en la faena,
su concha ora vacía u ora llena..
" Meter quieres el mar en ese hoyuelo?
¿ No ves, pobre rapaz, que tal intento
es tarea imposible, sueño vano?"
Y el niño le replica: "Oh, granTalento,
primero vaciaré yo el Océano
que tú, con tu gran entendimiento,
consigas comprender al Dios arcano".

















La Verónica

La adúltera infeliz que Cristo un día
salvara de morir apedreada,
se hallaba entre la turba abigarrada
que la cuesta del Gólgota subía;
discípula ferviente, le seguía
esclava de su verbo, enamorada:
no pudiendo cargar la cruz pesada,
al menos su sudor enjuagaría.
Por su gesto amoroso y denodado,
por echar un capote en la era agónica,
recibió un galardón como ninguno:
el rostro de su ídolo estampado
"souvenir de Jesús para Verónica":
! eso sí es cosechar ciento por uno¡.

Recuerdos de María

Según la pía tradición cristiana,
en Efeso vivió y murió María,
y a Efeso por verla llegó un día
un viajero de tierra muy lejana.
Lleno de fe y curiosidad mundana,
postrándose a sus pies en pleitesía,
el viajero a al Virgen requería:
"cuénteme de su hijo, noble anciana"
Y la viejuca acurrucada dijo:
"Como no hallamos en Belén cobijo,
di a luz en un establo, en la campiña;
estaba José loco de alegría,
por que era niño y se le parecía,
pero yo, la verdad...quería niña".

Jonás y su mujer

-"Con que una ballena ¿eh?... una ballena":
su esposa regañaba así a Jonás-:
"tú has estado tres días de verbena;
la ballena es un cuento y nada más".
"Te juro por Yahvé y por la Escritura
que, estando yo bañándome en el mar,
apareció una enorme criatura
y me tragó igual que a un calamar".
-" ¿Lo ves? Es que bebiste demasiado.
Bueno, vale, zanjemos la cuestión;
no se hable más: lo que pasó, pasado".
De acuerdo; "dame un beso, corazón".
-" Mua, mua...Oye, tú hueles a pescado...
No sé, no sé...tal vez tengas razón".

Genesareth

Caminé sobre el mar a pie desnudo:
fue un sueño que nunca olvidaré.
Cristo estaba a mi lado; "yo te ayudo"
me dijo, "pero debes tener fe".
"Confío en ti, Señor, de ti no dudo"
tomando yo su mano, le juré;
y anduve, anduve, anduve a pie desnudo;
sobre las olas de Genesaret.
Pero, de pronto, me sentí inseguro
vacilé, tuve miedo, di un traspiés,
vi la noche terrible, el mar oscuro...
"Maestro, que me hundo" !sálvame¡
y El me sacó, sonriendo, del apuro:
 "¿Por qué dudaste, hombre de poca fe"?

Muerte de Absalón

Huía de una adversa sarracina
Absalón en su jaca a la carrera;
 al pasar por debajo de una  encina
quedó prendido de su cabellera.
Joab, que perseguía con inquina
al dueño de tamaña pelambrera,
a placer le clavó su jabalina
sin mirar que del Rey el hijo era.
Y al ver que respiraba todavía
vació en él su carcaj, en flechas rico,
tal vez por abreviarle la agonía,
-sospechosa bondad-al pobre chico,
que pagó su indomable rebeldía
muriendo hecho una suerte de acerico.

Jesús ante Herodes

Herodes Antipaso observa expectante
al reo que Poncio Pilatos le manda:
!Al fin lo ha logrado¡ Tiene al fin delante
a aquél que de todos en las lenguas anda¡
Espera mirarlo caer implorante
a sus pies en sumisa demanda
o, al menos, si dice ser Cristo el farsante,
oír sus proclamas y su propaganda.
Mas Jesús, ajeno a la chufla y agravio,
 sin mirar siquiera al fatuo mandamás,
no abre la boca, no despega el labio
quien habló a Pilatos y habló a Caifás.
"Terrible es el habla de Dios", dijo el sabio
pero su silencio es más, mucho más.

Moisés y la roca en el desierto

Ya no pide el maná el hebreo errante,
- no sólo de maná vive la boca-
ahora es agua en el páramo extenuante
lo que a Yahvé la multitud invoca.
De pronto, el horizonte espejeante
pinta un árbol erguido en una roca:
!! Oasis¡¡ se oye un grito delirante
y corre a él la muchedumbre loca.
Pero, ay, la peña es yerma y acibara
al árbol, esquelético señuelo;
Moisés, ebrio de ira, con su vara
al peñasco golpea y riñe al Cielo,
y al golpe, surge de la roca avara,
cristalino y copioso, un arroyuelo.

Quejas de Caín antes de fratricidio

¿ Por qué Abel ha de ser el favorito
y Caín el mal visto, di, Señor?
¿Qué tiene, dime qué, el niño bonito
que no tenga Caín, tu servidor?
¿Por qué, di, a su cordero o cabrito
le das tal beneplácito y favor
y no aprecias la ofrenda de mi rito 
que me cuesta muchísimo sudor?
Su oficio es descansado y lucrativo,
es fácil, poco dura su labor,
pero yo me deslomo y me desvivo
manejando el arado agotador:
 !No eres justo, Señor, ni equitativo¡
!Ojalá yo también fuera pastor¡








El Espíritu Santo viene sobre los discípulos

En una de las mustias reuniones
del Cenáculo, oculta fortaleza,
ausentes el valor y la entereza
requeridos en las persecuciones,
los Doce, temerosos cual ratones,
verán  estupefactos la rareza
de una llama nimbando su cabeza,
que convierte sus cuerpo en velones.
Y al contacto de aquel místico fuego,
sentían su pavor vuelto coraje,
su ignorancia, talento extraordinario;
y yendo a predicar notaron luego
que podían hablar cualquier lenguaje,
sin usar para nada el Diccionario.

Rubicón místico

Aquella noche angustiada,
 en el Huerto de Pasión,
Jesús cruzó el Rubicón,
pues la suerte estaba echada;
luego volvió la mirada,
buscando apoyo en sus fieles
y...ahí empezaron sus hieles,
sus llantos y sus gemidos,
por que los halló dormidos,
dormidos en los laureles

Los discípulos dormidos

"Velad y orad", Jesús les ha advertido,
" y evitaréis el pecador tropiezo",
pero ellos, tras unánime bostezo,
como niños pequeños se han dormido.
No oirán del Dios el llanto y el gemido,
ni del titán el pavososo acezo
ni el grito aquel, más rebelión que rezo:
"pase el cáliz de mí, Padre querido"
Duermen los tres : Santiago, hijo del trueno,
Simón, el que jurara lealtades
y Juan, primero de los favoritos;
pero en vez de reñirles el Dios bueno,
que excusa siempre las debilidades,
hará que sueñen con los angelitos.

Gestas, el mal ladrón

"Si eres Dios, librarme del sufrimiento,
sálvame de la Cruz, si eres Mesías;
en ti creo si me ahorras el tormento,
no en palabras y prédicas vacías;
si eres tú el creador del firmamento,
son absurdas tus penas y las mías:
haz algo, por favor, algún portento,
un milagro de aquellos que tú hacías.
Prométele el Edén al compañero
 que a mí no me has de ver arrepentido;
yo he de morir proscrito, bandolero,
al margen de la Ley, como he vivido;
sólo si me liberas del madero
besaré yo tu mano agradecido".

El fariseo y el publicano

- "Gracias te doy, Señor de las alturas,
oraba un fariseo, inchando el pecho,
porque me hiciste un hombre de provecho,
cumplidor de la Ley y la Escritura".
" Gracias te doy, Señor, Dios soberano
por que me has hecho gracia de tus dones
y son sabias y  justas mis acciones
y no como las de ese publicano".
Mientras, el publicano allá en lo oscuro,
imploraba perdón por ser impuro,
humilde el ademán, la vista baja...
Y Jesús sentenció: "En verdad os digo
que el ruego del primero es cual la paja
y el ruego del segundo es como el trigo".

Calle de Judas Iscariote

El famoso Rabí de Galilea
que toda Palestina ha pateado,
nunca pisó, Iscariot, pobre poblado
perdido en las montañas de Judea.
Por eso, en Iscariot, no habrá quien crea
que Jesús es el Cristo, el enviado;
 sólo Judas, sintiéndose llamado
para seguirle, abandonó la aldea.
Al saberse en aquel pueblo perdido
que Judas de Iscariot, su única gloria,
al impostor Mesías ha vendido,
para premiar tan limpia ejecutoria,
el pueblo de Iscariot, reconocido,
le dedicó una calle a su memeoria

María de Magdala

Perfumes de valor, ropa de gala...
No era, no, una pindonga callejera,
que vendía su físico a cualquiera,
la famosa María de Magdala.
No cumplía el cliché de "mujer mala"
la que haciendo el amor se daba entera
y doraba su oficio de ramera
con un morbo de púdica zagala.
Tal vez la cortejaba un fariseo,
cuando llegó a Magdala cierto día
el célebre Profeta Galileo,
que su vida, de golpe cambiaría
con una sola voz, que era deseo,
 perdón, llamada, cita, amor : "María".

Barrabás

Quizás no fuera el hombre un forajido,
ni un criminal con ceño de pantera;
quizás, después de todo, sólo fuera
otro predicador incomprendido;
tal vez en una cueva habría nacido,
hijo del "sin querer"de una ramera;
quizás fuera un patriota y se las diera
de Mesías, Profeta y Elegido.
Tal vez, ante el ejemplo tan cercano
de aquel Jesús que a su sayón bendice,
se hiciera Barrabás un buen cristiano,
y viera, también él, en su Pasión
la turba que le escupe y le maldice,
pidiendo a gritos su Crucifixión .  

Herodes ante el Niño

Preguntan a Herodes tres Magos de Oriente
la ruta que lleva a Belén de Judá:
Herodes, poniendo una cara inocente,
 les dice que él mismo les conducirá;
los Magos le esquivan, pero él, de sirviente,
con disfraz astuto entre el séquito va:
Le roe un deseo: ver personalmente
al Niño que dicen le destronará.
Delante del Infante hinca la rodilla
quien nunca de nadie cayera a los pies,
y, mientras planea la atroz pesadilla,
el gran holocausto contra los bebés, 
y al tiempo de irse, besa la mejilla,
la que el Iscariote besará después. 

Desciende (pero tarde) Moisés

Moisés, confidente del Altísimo,
 se demora en la audiencia sinaítica: 
Aarón  y la cúpula levítica,
preocupados dirán: "Tarda muchísimo".
El pueblo, casi siempre pacientísimo,
comienza a murmurar y en agria crítica
descalifica a la figura mítica,
por tardar y tardar, tardar tantísimo.
Por fin, cortados con Yahvé los lazos,
fabrican prestos un Becerro de oro
y a pesar de levíticos rechazos,
le ofrecen sacrificios sin decoro,
cuando, con el decálogo en los brazos,
Moisés aparece por el foro,
y al ver la idolatría de sus chicos,
furioso como un toro,
las Tablas de la Ley rompe en añicos.

Malco

Después de la traición, después del beso,
 en el huerto del llanto y del gemido,
al hombre más pacífico ha prendido,
de madrugada, un pelotón avieso.
Al ver Simón a su Maestro preso,
desenfundando la espada enardecido,
desoreja a un sayón desprevenido,
y no lo mata porque pincha en hueso.
Pero Jesús, la víctima inmolada,
que morir en la Cruz por todos quiere,
recompone la oreja desgajada
 y al fogoso agresor así requiere:
"En la funda, Simón, guarda tu espada,
pues el que a hierro mata a hierro muere".

La Reina de Saba

La reina de Saba, según la leyenda,
era una machorra ligada a un capón;
por ver si su caso tenía o no enmienda
acudió a consulta del rey Salomón.
Yació con el Sabio la dama estupenda
y con cada orgasmo temblaba Sión,
que ambos soberanos, tocante a jodienda,
eran muy parejos en erudición.
Gozado que hubo del nidito ajeno,
con menos remilgos que tuvo Friné,
su sueño cumplido, su útero pleno,
volviose a su reino, cantando un cuplé.
Su esposo pregunta: ¿ Qué traes de bueno?
Y ella responde: !Te traigo un bebé¡

Los dinosaurios no cabían en el arca

A punto estaba el húmedo Patriarca
de cerrar ya la última escotilla,
cumplida  la inspección de toda el Arca,
de estribor a babor, de popa a quilla, 
cuando vio aproximarse una pareja
 de enormes dinosaurios, más que extremos,
que gemían con voz de comadreja.
"Espéranos, Noé, deja que entremos".
"Lo siento, camaradas"-dijo el Santo-
pero aquí ya no cabe ni un cabello;
comprendo vuestro apuro y vuestro llanto,
pero llegasteis tarde...Aparte de ello,
por mucho diluviar, no será tanto
que a vosotros os llegue el agua al cuello".

Dejad que los niños se acerquen

Los niños, en jovial algarabía 
cercaban a Jesús, Héroe y Amigo;
un apóstol, de críos enemigo,
gritó:" largo de aquí, chiquillería".
Pero Jesús terció:"La infancia es mía;
a los niños dejad que estén conmigo,
ya tienen en verdad asaz castigo
con hacerse mayores algún día".
_ "Bueno, que estén... pero que no avasallen,
que te escuchen atentos, que se callen...
-¿Que se callen, decís? !Ay, ignorantes,
cuan poco conocéis a los chiquitos¡
Si hacéis enmudecer a los infantes,
¿ veis estas piedras?... !Pegarían gritos!

Dimas y Gestas

Se dice que plantaron tres maderos
en el mismo morrión de la montaña,
y clavaron a un Dios y a su compaña,
dos irrecuperables bandoleros.
Se cuenta que uno de ellos escupía
y el otro su actitud recriminaba:
mientras uno, muriendo, blasfemaba
el otro suspiraba en su agonía:
"Acuérdate de mí en tu paraíso".
Siempre en disputa el "Buen ladrón y el Malo";
siempre el eterno duelo maniqueo,
uno diciendo "Amén"; el otro insumiso,
jugando su partida a opuesto palo
y Dios, árbitro y juez de su torneo.