Antes de la última cena
Jesús les lavó los pies
a sus discípulos, muestra
de humildad y sencillez.
Después de limpiar a once
le tocó a Judas la vez,
pero estaba reticente
a descalzarse...¿ Por qué
no te quitas las sandalias
- Jesús le dijo-¿ por qué?
Si a los demás he lavado
¿diferente tú has de ser?
¿diferente tú has de ser?
-" Maestro"-, repuso Judas-
" no merezco la merced
de que te humilles y agaches
a lavarme a mí los pies,
pero si tú me lo pides
que los laves dejaré"
Arrodillose ante Judas
el Maestro y dijo : " A fe
que no he visto pies más sucios
en todo Jerusalén ".
Terminada la faena,
que le costó como a tres,
" Judas- le dijo el Maestro-
"sin ánimo de ofender,
un poquito más de higiene
te vendría a ti muy bien ".
Este inocente consejo,
el rencor aumentó en él;
su alma se volvió más sucia
cuanto más limpios sus pies,
pies que en el día siguiente,
a eso del atardecer,
colgarían de un olivo
cercano a Jerusalén.
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