Con infalible olfato femenino,
María es la primera que se entera,
y en su eterno papel de medianera,
le susurró a Jesús:" no tienen vino".
Con ojos compasivos y serenos
mira el Rabí a los novios azorados
y ordena que procuren los criados
diez cántaros de agua al borde llenos.
Bendice el Salvador los recipientes,
mandando luego que se sirvan ya;
y ven estupefactos los presentes
cómo, a su vista, transmutando va
el agua cristalina de las fuentes
en tintorro especial "Chateau Caná "
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