martes, 15 de marzo de 2011

Sansón versus Dalila

¿Dónde nace tu fuerza?, ella insistía,
y él callaba, abrazado a la sirena;
"dímelo, cariñito, seré buena;
prometo no contarlo ni a mi tía".
Embriagado de sexo, cierto día,
y harto ya de la misma cantinela
Sansón al fin cantó: "Es mi melena":
rasurado , un merengue yo sería.
Al oírle Dalila su plan hizo:
le echó en el güiski un narco bebedizo
y luego le peló como a un recluta;
 y así empezó el tormento inenarrable
del que tuvo el desliz imperdonable
de contar sus secretos a una puta.

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