martes, 15 de marzo de 2011

María de Magdala

Perfumes de valor, ropa de gala...
No era, no, una pindonga callejera,
que vendía su físico a cualquiera,
la famosa María de Magdala.
No cumplía el cliché de "mujer mala"
la que haciendo el amor se daba entera
y doraba su oficio de ramera
con un morbo de púdica zagala.
Tal vez la cortejaba un fariseo,
cuando llegó a Magdala cierto día
el célebre Profeta Galileo,
que su vida, de golpe cambiaría
con una sola voz, que era deseo,
 perdón, llamada, cita, amor : "María".

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