lunes, 14 de marzo de 2011

La adúltera

Estaba temblorosa, acurrucada,
la mujer, como perro apaleado,
el rostro juvenil desencajado
del miedo de morir apedreada.
El Rabí levantó la voz airada
al grupo de zelotes apostado:
" Aquel que se halle libre de pecado,
que le lance primero la pedrada".
Al oír al Maestro, se pararon,
mirándose confusos y perplejos,
y las piedras al punto abandonaron,
cogidos en la trampa cual conejos,
cabizbajos y mudos se alejaron,
comenzando, claro es, por los más viejos 


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