Putifar, un sueño he tenido harto extraño,
dijo al levantarse, perplejo, el Faraón:
"Siete vacas gordas, pastando en rebaño,
luego, siete flacas, en la inanición.
¿ No habrá en todo Egipto mago o ermitaño
que a mi pesadilla dé interpretación?
A aquél que lo haga le prometo hogaño
que lo haré segundo de mi gran nación".
Putifar , atento siempre a su deseo,
"Majestad", le dijo, de un brujo yo sé,
pero está en la cárcel y encima es hebreo
y no adora a Osiris, que es fiel a Yahvé.
"¿Qué importa si es preso, judío o ateo?"
!Traedme a ese hombre! : Vino, pues, José.
Y oído que hubo los sueños extraños
habló así el hebreo con gran sencillez:
¿ Siete vacas gordas? Siete pingües años;
¿Siete vacas flacas? siete de escasez.
Colmad los graneros, cebad los rebaños,
no se desperdicie ni un grano de mies,
y haréis llevaderos las hambres y daños,
al llegar la era de gran estrechez.
El sátrapa egipcio, que oía embobado,
del israelita la interpretación,
cumpliendo su voto dijo entusiasmado:
!Desde hoy mi palacio será tu prisión;
te haré el favorito, serás mi privado,
segundo en la corte del Gran Faraón¡.
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