"Pedro, esta misma noche, yo te digo,
antes que el gallo por dos veces cante,
tu que prometes ser mi fiel amante,
tres veces negarás que eres mi amigo".
" ! No¡ Aunque todos, yo, no ! Yahvé es testigo¡
perjuraba Simón, terco y vibrante;
aunque todos te dejen, yo, constante,
te juro que estaré siempre contigo".
Llegó la hora del dolor y el llanto,
y el que tanto juró y perjuró tanto,
flaqueó ante la voz de una sirviente:
Cantó una vez, dos veces cantó el gallo;
y avergonzado el débil de su fallo,
se escabulló llorando amargamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario