martes, 15 de marzo de 2011

Los dinosaurios no cabían en el arca

A punto estaba el húmedo Patriarca
de cerrar ya la última escotilla,
cumplida  la inspección de toda el Arca,
de estribor a babor, de popa a quilla, 
cuando vio aproximarse una pareja
 de enormes dinosaurios, más que extremos,
que gemían con voz de comadreja.
"Espéranos, Noé, deja que entremos".
"Lo siento, camaradas"-dijo el Santo-
pero aquí ya no cabe ni un cabello;
comprendo vuestro apuro y vuestro llanto,
pero llegasteis tarde...Aparte de ello,
por mucho diluviar, no será tanto
que a vosotros os llegue el agua al cuello".

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