Aquella noche angustiada,
en el Huerto de Pasión,
Jesús cruzó el Rubicón,
pues la suerte estaba echada;
luego volvió la mirada,
buscando apoyo en sus fieles
y...ahí empezaron sus hieles,
sus llantos y sus gemidos,
por que los halló dormidos,
dormidos en los laureles
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