No hay ángeles que cantan la venida,
ni Magos ni pastores: sólo hay vientos
y al sol abrasador, zorros hambrientos
con los que se disputan la comida.
!Qué dura la Odisea de la Huída¡
!Qué broncos los caminos polvorientos¡
!Cuánta hambre y sed y cuántos sufrimientos,
por escapar de un Rey infanticida¡
Tres son no más del número sin cuento
de los que escapan de su tierra ingrata,
en otra tierra hostil buscando asilo;
!cuántos perecen, ay, en el intento¡
!Cuántos no llegan, tras la caminata,
al Egipto soñado, al verde Nilo¡.
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