lunes, 14 de marzo de 2011

Multiplicación de los panes y los peces

Cinco mil o más, acaso,
una muchedumbre un día
al Maestro le seguía
desde el alba hasta el ocaso,
tan pendiente de su paso
que aún comer olvidaría,
nunca se diera tal caso.
Jesús, al atardecer,
mirando al gentío hambriento,
dijo a Pedro: "Es menester
procurarles alimento,
darles algo de comer
pues van a desfallecer
de hambruna y agotamiento"
Judas, a estas peticiones,
 dio una respuesta enseguida:
"Maestro, no hay provisiones,
dales tú la despedida,
ya les basta de sermones
que se procuren comida
por tabernas y mesones".
" Maestro, aquí hay un gañán,
dijo Pedro, de Siquem,
 con cinco hogazas de pan
y cinco peces recién
pescados en el Jordán".
Jesús repuso: "Muy bien,
tales viandas bastarán"
Repartidlas a la gente".
-"¿ Cinco peces, cinco panes
para masa tan ingente ?"-
"No sabéis de Dios los planes
yo os digo que es suficiente;
más aún, para los canes
ha de quedar remanente".
Los discípulos obraron
 como Jesús les pedía,
y asombrados contemplaron
que las diez piezas que había,
por mil se multiplicaron
y en un momento montaron
Tahona y Pescadería.
Comió el pueblo cuanto quiso
y una jauría también;
nadie en comer fue remiso
nadie echo en falta un sartén
para freír aquel guiso:
nunca se comió tan bien
ni en el mismo paraíso.
No es extraño que después
el gentío, bien comido,
quisiera alzar al pavés
al Cristo, al Dios, al Ungido:
Peculiar actitud es
de  "estómago agradecido",
lo dijo el Eclesiastés.
Pero Jesús huiría
con los suyos y no más,
por que como Dios, sabía
(y le dolía además)
que esa misma turba un día,
entre El y Barrabás
por Barrabás optaría.
( Sed, caros lectores, jueces
de esta original versión
de la Multiplicación
de los panes y los peces ) .

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